lunes, 20 de octubre de 2008

La Lengua de Cervantes, el Lenguaje de la Integración. Eloy Reverón

La Leyenda Negra se queja de aquellos procesos de evangelización compulsiva y obligatoria conversión que colocaron al Indio entre una disyuntiva peculiar: o besas la cruz o te rompo el cuello; como le hicieron a Atahualpa por decir además que el Papa estaba loco por otorgar el Derecho a la Conquista de unas tierras que no le pertenecían. Moisés justificaba otra empresa colonialista que prometió una tierra que también tenía dueño, pero alguien debía justificar de alguna manera, más o menos sagrada, el proceso de avance de la cultura judeo cristiana.
Situaciones de esta naturaleza son las que fundamentan los mitos colonialistas de nuestra civilización, pero la implantación del cristianismo tiene un lado luminoso muy importante tomar en cuenta a la hora de realizar campañas para la exaltación de nuestros valores extraídos de una historia que no nos contaron, pero que constituyen una realidad que nos une en virtud de valores comunes. La Gran Reunión India no sería más que una gran Torre de Babel clonada en el corazón de las Américas; nada más en Venezuela, conviven treinta y dos etnias con lenguas y culturas diferentes. El resultado positivo de esta cristiandad lo constituye, que el simple hecho de poder entenderse en castellano, les permitió la unidad mínima para organizarse y llegar a participar en el proceso constituyente de 1999, donde hicieron incluir sus derechos dentro del nuevo modelo de país que se estaba concibiendo.
El cristianismo se perfila dentro de su dimensión de fraternidad universal extensible al resto de la América Latina cuando la lengua castellana se convierte en un idioma continental, una comunidad que habla el lenguaje de la integración, con ventaja comparativa respecto a otros integrados porque es una comunidad lingüística y culturalmente integrada.
Cuando el Indio irrumpió contra la mentalidad colonialista, comenzó a sentirse orgulloso de ser Indio con mayúscula y a percibir con nitidez, la virtud de su indianidad. Esa defensa que día a día realizan las etnias unidas es posible gracias a un espacio común a todos, la posibilidad de entendernos en la lengua de Cervantes. Un valor cultural poco apreciado a nivel continental sobre todo en el ámbito de la publicidad del orgullo que debe exaltarse detrás de semejantes valores. Por eso se hace necesario revisar también los valores de nuestra hispanidad, revisar la esencia de sus símbolos y sacar partido de nuestra histórica confrontación cultural, sobre todo en momentos cuando celebramos los pasos preliminares de Tele Sur, no perdamos de vista la ventaja comparativa saber que en Latinoamérica somos algo más que indios, negros y españoles; porque somos también portugueses, asiáticos, árabes, y europeos, toda una comunidad continental que se entiende en la Lengua de Cervantes.